• El poder está siempre en el momento presente. Este momento es lo único que tenemos. Lo que elegimos pensar, creer y decir ahora forma las experiencias de mañana, la próxima semana, el mes que viene, el próximo año, etc. Cuando nos centramos en nuestros pensamientos y creencias de ahora mismo, en el momento presente, eligiéndolos con todo el cuidado con que elegiríamos un regalo para un amigo especial, entonces tenemos el poder de escoger el curso que damos a nuestra vida. Si estamos centrados en el pasado, carecemos de la energía necesaria para el momento presente. Si vivimos en el futuro, vivimos en una fantasía. El único momento real es ahora mismo.En este momento es donde comienza nuestro proceso de cambio.
• Hemos de dejar marchar el pasado y perdonar a todo el mundo. Somos nosotros los que sufrimos cuando nos aferramos a agravios pasados. Hacemos que situaciones y personas del pasado tengan poder sobre nosotros, y esas mismas situaciones y personas nos mantienen mentalmente esclavizados. Continúan controlándonos cuando nos quedamos atascados al no querer perdonar. Por eso es tan importante trabajar en el perdón. Perdonar, liberar a aquellos que nos hicieron daño, es liberarnos de nuestra identidad de persona herida. Nos permite liberarnos del ciclo interminable de dolor, rabia y recriminaciones que nos mantiene prisioneros de nuestro propio sufrimiento. No perdonamos el acto, sino a los que lo cometieron; perdonamos su sufrimiento, confusión, falta de habilidad, desesperación y humanidad. Cuando sacamos afuera esos sentimientos y los dejamos marchar, entonces podemos avanzar.
Nuestra mente está siempre conectada con la Mente Única e Infinita. Estamos conectados con esta Mente Infinita, este Poder Universal que nos ha creado, mediante esa chispa de luz que hay dentro de nosotros, nuestro Yo Superior o Poder Interior. La Mente que hay en nuestro interior es la misma Mente que dirige toda la vida. Nuestra misión es aprender las Leyes de la Vida y colaborar con ellas. El Poder Universal ama a todas sus creaciones, y sin embargo, también nos ha dado libre albedrío para que tomemos nuestras propias decisiones. Es un Poder para el bien, y lo dirige todo en nuestra vida cuando se lo permitimos. No es un poder vengador ni castigador. Es la ley de causa y efecto. Es amor puro, libertad, comprensión y compasión. Nos espera en sonriente reposo mientras aprendemos a comunicarnos con Él. Es importante volver nuestra vida hacia el Yo Superior, porque a través de Él recibimos nuestro bien. Ámate.
Que tu amor por ti sea incondicional y generoso. Elógiate tanto como puedas. Cuando comprendas que se te ama, entonces ese amor inundará todos los aspectos de tu vida, y volverá a ti multiplicado una y otra vez. Por lo tanto, el amor por ti contribuirá a sanar el planeta. El rencor, el miedo, la crítica y la culpa son causa de más problemas que cualquier otra cosa, pero podemos cambiar nuestra manera de pensar, perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a los demás, y aprender a amarnos a nosotros mismos, haciendo de esos sentimientos destructivos cosas del pasado.
Cada uno de nosotros decide encarnarse en este planeta en un determinado punto del tiempo y el espacio para aprender lecciones que nos harán progresar en nuestro camino espiritual y evolutivo. Creo que todos nos hallamos en un viaje interminable por la eternidad. Elegimos nuestro sexo, el color de nuestra piel, nuestro país, y luego buscamos la pareja perfecta de padres que «reflejarán» nuestras pautas. Todos los acontecimientos que tienen lugar en nuestra vida y todas las personas con que nos encontramos nos enseñan valiosas lecciones.
Ama tu vida y ámate a ti...